La Bella Lilith. Part IV
El felatio estaba a punto de
suceder, José se sentía excitado al tener aquella mujer hablándole y haciendo
esas cosas, cuando de repente José violentamente se paro:
- No podeos hacer esto, tu eres la mujer de Richard.
-Pero él no se tiene porque
enterarse, no me puedes negar que te gusto- coloco las manos de José en su cintura y rozando sus labios con los
suyos le dijo:
- Nos tenemos ganas y no podemos suprimir
nuestros deseos – Se lo dijo con una voz de éxtasis.
-Que hablas, no está bien.
-Ricardo no está, estoy seguro
que debe de estar en algún chongo divirtiéndose, tú crees que me merezco eso,
que él me merece, en cambio tu sí.
-Pero no podemos estar aquí.
-Vamos al departamento.
-¿Estás loca?
-Es el lujar más cercano y seguro.
No conozco mucho lima y tu menos, vamos al departamento.
-Solo será una vez y no más.
-¿Solo una vez?- y prolongaron un
gran beso lleno de pasión.
Llegaron al edificio, no hicieron
caso al saludo del vigilante. José abrió la puerta y raudamente se dirigió a su
cuarto
–No, vamos al cuarto de Richard.
-¡Estás loca!
-Por ti.
José levanto a Liliht entre sus
brazos y la llevo a la cama de Ricardo, se sentía totalmente seducido por el
cuerpo firme de Liliht. A José le fascinaban sus piernas y tenerlas entre sus
manos era excitante, Liliht, le saco la camisa, acaricio su pecho, pellizcó sus
tetillas he hiso que se excitara mas y se olvidara de quien era esa mujer; así
que le saco el vestido, Liliht no
llevaba brasear, José se lanzo hacia sus bustos blancos y firmes habido de tener
sus pezones cálidos entre sus labios, Liliht gimió de placer. Cuando de repente
un ruido interrumpió el acto, era Ricardo.
- ¿Qué carajo pasa acá?
-¡Ricardooo!- grito ella,
poniéndose rápidamente el vestido.
-¡No! papa Noel, pendeja de
mierda.
-Tío no…-
-Calla mierda, ¿porque con ella
ha? ¿Por qué?
- Es que ella…
-No me digas, te sedujo y no pudiste
aguantarte las ganas.
-Pero Ricardo – dijo Liliht
desesperada.
-Callate- volteo la mirada a José
- eres un traidor, con tanto cabro en el spa, tuviste que cogerte al mío ¿Ha?
-¿Cómo?
-¿Qué? no sabias que esta, no es esta,
si no ¿este? Yo lo hice así. Yo lo hice operar.
José se quedo enmudeció por la
sorpresa, Liliht, la apetecible, sensual y coqueta Liliht no era mujer, aquella
mujer que lo había seducido, al punto de traicionar a Ricardo, haciéndole el
amor a su mujer en su propia cama era hombre, había caído en el juego de un gay
y no se había dado cuenta.
-Te dije comete lo que traiga, no
que te lo comas a él- dijo Ricardo – se me van ahora mismo de aquí-
-Pero amor…-
- Si dices una palabra más te
meto un puñete, lárgate de aquí, no te importo nada de lo que te dije ¿no?,
pues ahora váyanse a tirar a otro sitio malditos traidores.
José y Liliht salieron del edificio
cada uno pensando en lo que habían hecho, aunque daba la impresión que a Liliht
no le importaba mucho lo sucedido.
-¿Ahora a donde vamos papi?
- Vete al carajo, cabro de
mierda, por ti y por mi cabeza caliente la he vuelto a cagar- se marcho
dejando a Liliht solo en la oscuridad de la noche.
José alquilo un cuarto muy
austero en Ventanilla, después de no haber podido ingresar a la policía, se dedico
a prepararse para postular a la escuela de derecho en San Marcos, dos intentos
después consiguió ingresar en el segundo puesto del computo general. Su padre
muy orgulloso del triunfo de su hijo organizo una enorme fiesta. Unos días
después José abrió su correo electrónico y encontró un e-mail de Ricardo que tenía
como asunto felicitaciones, José no pudo con la curiosidad a pesar de la vergüenza
que sentía por lo que había hecho hace un tiempo atrás y abrió el e-mail que era
muy corto y decía:
Buena Josep, la hiciste, ya
tenemos un abogado en la familia, te felicito y te deseo los mayores éxitos un
tu vida universitaria. Cuídate mucho un fuerte abrazo a la distancia, saludos
de Liliht. Te adjunto las fotos de nuestro matri y de nuestro hijo adoptado
en Suecia.
P.D: espero no sigas
comiéndote lo que no es tuyo.
FIN.
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P.D: Acepto criticas.