La Bella Lilith. Part III.
–Josep, ven pasa ¿Qué te parece
mi centro de belleza?
-Sí, realmente es fabuloso- dijo José.
-He traído a Josep, para que lo conozca
y se corte ese cabello de loco que tiene- dijo Ricardo.
-Hay amor no trates así a tu
sobrino, solo le falta un par de arreglos a su cabello- acariciando su cabello
y su rostro- si él tiene un rostro de bebe.
-De bebedor será, ya Josep saca
la vuelta, que estaba ocupado- y llevo su mano a la entrepierna.
-¡Gordo no seas cochino! que va
decir tu sobrino, que soy una cualquiera- guiñándole nuevamente el ojo y
mordiéndose a la vez los labios.
José salió de la oficina, al
regresar la mirada Liliht subía al escritorio y recibía a Ricardo entre sus
piernas. Una hora después Ricardo bajo, José ya lo esperaba con su nuevo
peinado.
-Ahora si pareces hombre sobrino.
-A mí siempre me ha parecido un hombrecito-
dijo Liliht.
-Ya deja de joder, ¿qué te acabo
de decir?- dijo Ricardo.
- Pero no tiene nada de malo
decir que Josep es guapo.
-Ya ya ya nos vamos, te veo en la
noche.
-Chau Josep cuídate-dijo Liliht,
moviendo sus cabellos rizados de una lado al otro.
-chau.
-Que mujer para jodida, deja de
joder al muchacho.
José no sabía que pensar de Liliht,
todo parecía que Ricardo sabía como era esa mujer y si sabía que era así ¿porque
la dejaba? ¿Que trataba de hacer? ¿Quería enloquecerlo? ¿Se quería divertir con
él? ¿Ellos se querían divertir con él? ¿Porque le guiñaba los ojos a espaldas
de Ricardo? José se sentía muy confundido ¿Si voy a su spa? Sin Ricardo ahí tal vez
sea más clara, pero no puedo ir a buscarla, es ir a buscar la tentación; Pero
si ella me seduce con su miradas, con su forma de hablar, Ricardo no se
enteraría, pero no, sería un canalla, el ha compartido todo conmigo, no debo de
buscar a esa mujer. Se decía José mientras esas y otras
tribulaciones lo ponían es zozobra. Hasta que una noche que Ricardo no estaba
el silbido que lo hacía salir se escucho en las penumbras de la noche, era
ella, era Liliht. José, se despertó y acudió al silbido. Se encontró con Liliht
mas hermosa que nunca, llevaba un vestido negro ceñido al cuerpo que, resaltaba
la blancura de su piel y unas tacones de taco aguja número siete que levantaba
mas su trasero; José, quedo impresionado cuando vio a Liliht.
-Hola.
-Hola Josep ¿Y tu tío?-
-no está, me dijo que me des lo
que le traías.
José recibió las bolsas.
-Bueno, chau, cuídate-dijo José.
-Espera un momento, no pensé que
Ricardo no estaría, acompáñame un rato a caminar.
-Pero ya es tarde.
-No seas así, se un caballerito-
mordió sus labios.
-Está bien.
Caminaron por el parque cuando Liliht
le propuso sentarse en el pasto del parque, se sentaron con los brazos así atrás
una seguido del otro, pero ella con las piernas recogidas lo que hacía que el
vestido se le levantara hasta la altura de sus nalgas blancas.
-Y cuéntame pues Josep, tienes
novia.
-Sí.
-Y ¿La quieres?
-Creo que, si.
-¿Como que crees?
-Es que recién tenemos tres
meses.
-Entiendo.
-Y ¿Cuánto tiempo tienes con
Richard?
-Uy más de seis años.
-Y supongo que tu si lo quieres.
-Sí, aunque me siento un poco
prisionera.
-¿Y eso porque?
-Hay cosas que me gustan y el no
me deja tenerlas -mientras decía esto se reposo sobre las piernas de José.
-Y ¿Qué cosas te gustan?
-Muchas, muchas cosas.
-¿Como qué? pues, cuéntame-
-Me gustas tú, por ejemplo.
-¿Qué?
-Tú me gustas- giro su cuerpo
llevando su cara hacia el bulto entre las piernas de José que cada vez se hacía
más rígido – no sabes las ganas que te tengo desde que te conocí... CONTIRUARA
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